La aromaterapia es la ciencia-arte de utilizar los aceites esenciales.
Los aceites esenciales son comúnmente considerados como las hormonas o "fuerza vital" de las plantas; se extraen de diversas partes de ellas como las flores, hojas, tallos, semillas, resinas, cortezas y ramas en beneficio de la salud, belleza y bienestar de los individuos.
Estos aceites pueden usarse en baños, inhalaciones, aplicaciones directas en la piel, o por medio de compresas y masajes e incorporados en productos de belleza y limpieza.
Aunque las propiedades curativas de las fragancias de las plantas han sido experimentadas en muchas culturas, no es sino hasta ahora que la ciencia occidental empieza a investigar seriamente sobre sus efectos en algunos de los padecimientos físicos y sobre todo en desequilibrios emocionales. El término aromaterapia fue empleado por primera vez por R. M. Gatefosse, un químico francés que trabajó con aceites esenciales en el campo de la cosmética y que empezó a interesarse en el tema después de sufrir quemaduras en una mano y restablecerse rápidamente con la aplicación de aceite esencial de lavanda. En 1938, M. Godissart, fundó una clínica de aromaterapia en Los Ángeles en la que se han logrado curaciones de cáncer en la piel, gangrenas y úlceras faciales. Robert Tisserand, ha estudiado los efectos de varios aceites esenciales en las ondas cerebrales, estos muestran que las ondas beta que indican estados de alerta, se incrementan cuando se estimulan al inhalar esencias como la pimienta, albahaca y romero. Por otro lado, las ondas alfa y theta que son indicadoras de relajamiento y sentimientos de bienestar son estimuladas con aceites como lavanda, rosas y jazmín.
Solamente ocho moléculas pueden activar el sentido del olfato; los receptores olfatorios dentro de la nariz (10 millones al final de cada fosa nasal) envían un mensaje a la porción límbica del cerebro que es el asiento de emociones, memoria, intuición y respuesta sexual. El sistema límbico afecta la actividad hormonal, influencia al sistema inmunológico e interactúa con él en el área neocortex del cerebro. Así pues las emociones, pensamientos, deseos y estados de ánimo son influidos por los olores; de hecho lo que el cerebro identifica como olor no es más que la presencia de determinados agentes químicos.
Los aceites esenciales también penetran en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y de la piel. Por esta razón también pueden usarse para gran variedad de problemas físicos desde combatir una infección respiratoria hasta aliviar dolores menstruales.
La bioquímica austriaca Marguerite Maury puede ser considerada como una de las pioneras de la aromaterapia moderna, sus tratamientos combinan los masajes orientales con el empleo de los aceites esenciales logrando que el cuerpo se beneficie simultáneamente de una relajación de los músculos y de una estimulación de la circulación sanguínea.
Hay que emplear con cuidado los aceites esenciales ya que en ocasiones pueden provocar alergias o afecciones cutáneas. No se recomienda ingerir los aceites esenciales a menos que sean prescritos por un experto en aromaterapia; pero tú puedes usarlos de muchas maneras y la mayoría de métodos no requiere equipo especial:
Para expandir un aroma con ATOMIZADOR en una habitación, utiliza 6 gotas para cada taza de agua caliente, agita bien y asperja cuidando de no hacerlo sobre los objetos de madera. También puede usarse este método para refrescar la cara.
Para BAÑOS agrega de 6 a 12 gotas para una tina de agua tibia (no muy caliente porque se evapora), agita bien antes de introducirte y permanece en el agua mínimo unos 10 minutos para relajarte. Si tu piel es muy sensible, disuelve previamente los aceites en una cucharadita de aceite portador o leche y luego añádelos al agua.
Para baños de PIES, en una palangana con agua tibia vierte de 6 a 8 gotas del aceite esencial adecuado y sumerge los pies en ella de 15 a 20 minutos; si es necesario puedes ir agregando agua caliente para mantener la temperatura adecuada. También puedes frotarte los pies mientras están en remojo.
Al DUCHARTE también puedes gozar de los placeres y ventajas de la aromaterapia, vertiendo 2 o 3 gotas de tu aceite favorito en un estropajo o trapo húmedo y frotando con el todo el cuerpo mientras estas en la regadera.
En COMPRESAS. Llena un recipiente de cristal con un litro de agua fría o caliente y agrega 10 gotas de aceites esenciales. Incorpóralos suavemente. Moja en el agua un trapo o toalla, exprímelo y aplícalo en el área a tratar. Usa compresas calientes para artritis, neuralgias, dolores musculares, dolores de espalda, cólicos menstruales e inflamación de la piel. Estas compresas estimulan la circulación y abren poros.
Compresas frías para dolores de cabeza, quemaduras, dolores de ojos, reducen inflamaciones, fiebre y tensión. Déjala unos 20 minutos o hasta que la compresa tome la temperatura del cuerpo.
Para APLICACIONES DIRECTAS en la piel sólo son recomendables los aceites de lavanda y de árbol del té aunque este último puede causar problemas en pieles muy sensibles. Para aplicarlos usa una gasa o algodón húmedo con unas gotas del aceite sobre la zona afectada.
Para INHALACIONES puedes utilizar un pañuelo y verter en él algunas gotas del aceite preparado para aspirar constantemente mientras realizas tus actividades cotidianas. También puedes aplicar una gota en cada sien y otra en cada fosa nasal. Para casos de congestión nasal, sinusitis o resfriados llena un recipiente de cristal con agua casi hirviendo y agrega de 4 a 10 gotas del aceite o aceites. Coloca una toalla sobre tu cabeza y respira profundo alternando una fosa nasal con la otra con los ojos cerrados.
Existen DIFUSORES de diversos tipos para expandir los aromas de los aceites esenciales en una habitación y permitir que varias personas a la vez gocen sus beneficios. Generalmente tienen un receptáculo para el agua sobre el que se vierten de 5 a 15 gotas del aceite esencial, según el tamaño del difusor y de la habitación. Hay que estar pendiente de que no se consuma toda el agua.
Para incorporar tus aceites esenciales favoritos al MASAJE, diluye 15 gotas en 50 mililitros de un aceite portador como el de almendras dulces, macadamia, semilla de uva, aguacate, jojoba, germen de trigo, caléndula, ricino, ajonjolí, y/o aceite de oliva. Nunca uses aceites minerales ya que por ser extraídos del petróleo tienen sus moléculas muy grandes y no permiten la absorción de los aceites esenciales.
Cuando se usen aceites esenciales en niños y bebés, usa dosis bajas y nunca permitas que los aceites sin diluir toquen su piel. En general puedes usar la mitad o un tercio de las dosis recomendadas para adultos.
En cualquier caso hay que asegurarse que los aceites esenciales que usemos sean puros y naturales (no sintéticos) de preferencia de procedencia orgánica. Los aceites esenciales son productos muy concentrados y pueden causar problemas si no se les manipula con cuidado. No hay que exceder las dosis recomendadas y hay que guardarlos en lugar oscuro y fresco fuera del alcance de los niños.